
Medicina proactiva: un salvavidas para el sistema de salud de México
De nuestro Corresponsal en México.
Ciudad de México, 28 Enero 2025
El sistema de salud de México, como muchos otros en el mundo, opera con un modelo reactivo: los pacientes buscan atención solo cuando los síntomas se vuelven insoportables, a menudo cuando las enfermedades ya están avanzadas. Este enfoque genera costos más altos, peores resultados y sufrimiento evitable. Pero con las crecientes tasas de diabetes, enfermedades cardíacas y obesidad (condiciones responsables del 80% de las muertes en México), el país necesita urgentemente cambiar hacia una medicina proactiva y preventiva. A continuación, se explica cómo podría funcionar esta transición y por qué es importante.
El problema: un sistema creado para la enfermedad, no para la salud.
El modelo reactivo de México enfrenta tres desafíos críticos:
- Diagnósticos tardíos: muchos pacientes llegan a los hospitales con enfermedades en etapa avanzada. Por ejemplo, el 60% de los diabéticos son diagnosticados solo después de que surgen complicaciones (ENSANUT 2021), lo que lleva a tratamientos costosos como diálisis o amputaciones.
- Costos vertiginosos: las enfermedades no transmisibles (ENT) agotan los presupuestos de salud pública. Las hospitalizaciones por enfermedades prevenibles, como las emergencias diabéticas, desvían recursos que podrían financiar la prevención.
- Acceso desigual: las comunidades rurales y marginadas enfrentan marcadas disparidades. El INEGI informa que el 16% de los mexicanos rurales carecen de acceso a atención médica y dependen de hospitales urbanos abarrotados cuando se producen crisis.
¿Qué significa para México?
La medicina proactiva cambia el guión: en lugar de esperar a que se enferme, la previene antes de que se presente.
Esto requiere:
- Detección temprana: ampliar las pruebas de detección de diabetes, hipertensión y cáncer en grupos de alto riesgo.
- Atención impulsada por la tecnología: utilizar la penetración del 95% de la telefonía móvil en México para implementar la telemedicina y el monitoreo remoto para pacientes crónicos.
- Prevención personalizada: adaptar las campañas a comunidades específicas. Por ejemplo, dirigirse a los jóvenes en zonas con alta obesidad (el 35% de los jóvenes mexicanos tienen sobrepeso) con programas de nutrición.
Pasos para construir un sistema proactivo
Aproveche los datos
Las estadísticas del INEGI revelan dónde enfocarse: estados como Chiapas y Oaxaca tienen bajas tasas de vacunación, mientras que las áreas urbanas enfrentan epidemias de obesidad. Las herramientas geoespaciales podrían dirigir clínicas móviles y vacunas a regiones desatendidas.
Empoderar a las comunidades
Capacitar a los trabajadores de salud locales para educar a las familias sobre la prevención. En las comunidades indígenas, combinar prácticas tradicionales con exámenes modernos podría impulsar la confianza y la participación.
Unificar los sistemas fragmentados
La atención médica de México está dividida entre el IMSS, el ISSSTE y los proveedores privados. Un registro de salud digital nacional podría cerrar brechas, asegurando la continuidad de la atención.
Invertir en la prevención
Hoy, menos del 10% del presupuesto de salud de México se destina a la prevención. Redirigir fondos a programas de bienestar, como acceso gratuito al gimnasio o alimentos saludables subsidiados, podría ahorrar miles de millones a largo plazo.
Desafíos a superar
- Cambios culturales: Muchos mexicanos desconfían de las instituciones o priorizan la atención "curativa" sobre la preventiva.
- Desigualdad rural: la infraestructura deficiente y la escasez de personal dificultan la difusión.
- Voluntad política: mantener la financiación para la prevención requiere apoyo bipartidista.
Una visión para el futuro
Imagínese un México donde:
- La diabetes se detecte de forma temprana mediante exámenes comunitarios gratuitos, evitando complicaciones costosas.
- Las aplicaciones recuerdan a los pacientes que deben tomar sus medicamentos o asistir a los controles, lo que reduce las visitas al hospital.
- Las campañas de vacunación utilizan datos geoespaciales para llegar a todos los niños de Chiapas.
Este futuro no solo es posible, sino esencial. Al aprender de los modelos globales (como los éxitos de la telesalud en Estados Unidos) y adaptar las soluciones a las necesidades únicas de México, el país puede reducir el sufrimiento, salvar vidas y construir un sistema que valore la salud por encima de la enfermedad.
Llamado a la acción
Los responsables de las políticas, los proveedores de atención médica y los ciudadanos tienen todos un papel que desempeñar. Abogue por la financiación de la atención preventiva, apoye a los trabajadores de salud comunitarios y priorice sus propios controles. Juntos, México puede pasar de tratar enfermedades a fomentar el bienestar, un paso proactivo a la vez.
Fuentes: INEGI (2020–2022), ENSANUT (2018–2021), Secretaría de Salud (2023).
Escribir comentario